Ayer sufrí una regresión prematura y anduve por
algún lugar de mi vida exorcizando tu demonio
que me ha perseguido desde mi creación.
Las cejuelas de la de la primavera ya asfixiaron
los días luces de mi corto invierno, blanco y frío.
Tus rojos cabellos atraparon mis sueños
y su olor detuvo mi alma plasmada y enamorada.
Las cenizas de aquella vida eran frágiles que
sobrevolaban mis labios opacos y húmedos.
Los vientos eran cálidos que erotizaban mi piel
que decía tu nombre a cada milésima de instante.
La verdad es que ayer sufrí una regresión
para creer que soy yo el que te persigue…
lunes, 5 de octubre de 2009
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