jueves, 18 de septiembre de 2008

Pedrito.

En un pedacito de tiempo, oro, plata y rubí,
apartado de la línea de los amaneceres, oculta
tras el ocaso de la noche y adormecida de
colores e infartada de emociones, está Pedrito,
el ángel que guarda mis secretos.

Leyendo y releyendo mi historia, que nace de
los brotes de la puya raimondi, antes de que me
eternice en los senderos de la vida, Pedrito ya
había escrito mi destino en el sacramento de la
vida, con todos los tintes y matices que se merecía.

El ángel había guardado libros dorados con cuentos
galácticos bajo la cabecera del tiempo,
y me regaló un cajoncito pequeño lleno de magia,
sueños y fantasías para que nunca me olvide de él.

En un pedacito de tiempo, oro, plata y rubí,
abrazo a mi ángel que guarda mis secretos y
le doy un beso eterno.